lunes, 9 de enero de 2012

Rumanos en Vigo

Es cierto que ladrones, asesinos y demás los hay autóctonos y que no se debe juzgar a un colectivo por culpa de unos cuantos sujetos pero: si tenemos en cuenta que, en relación a su número en Galicia, rondan los 5000 individuos y de este, habría que reducirlo bastante a lo que es solo la ciudad de Vigo, las siguientes noticias nos dan qué pensar. Y es que, o una parte importante de los que vienen a Galicia y, en especial a Vigo, son lo peor de cada casa o algo falla, porque se trata de casos continuados en el tiempo, cada vez más numerosos y serios ante la impasividad de los gobernantes y la cobardía de un pueblo hipócrita por miedo a que le llamen racista.

Desde luego que hay rumanos currantes, amables y bellísimas personas pero, si tenemos en cuenta estas cifras a uno se le hace difícil pensar de qué manera podrían ganarse la vida (basta observar la cantidad de mendigos rumanos en puertas de comercios o paseándose por cafeterías, negocios, etc) en caso de desesperación, porque todos somos muy buenos hasta que nos aprieta el hambre o le aprieta a los nuestros.... por lo que el problema debe enfocarse según dos vías:

1-¿es necesario y posible la absorción de esta u otras poblaciones tal cual está la cosa? la respuesta es obvia... si hay falta de trabajo es imposible que esta gente tenga muchas salidas salvo la beneficencia (inviable teniendo en cuenta la situación de los nuestros actualmente) o la de los típicos explotadores que aprovechen su situación para, bien explotarlos a ellos, bien explotarnos a nosotros también en base a fomentar la precariedad laboral.

2-la necesidad de DEPORTAR a todos los delincuentes  extranjeros. Con ello se evita: gastos inútiles en mantenimiento de estancia en prisión, reincidencia, diligencias judiciales por dicha reincidencia y que, a la larga se vea mal a ese colectivo y se produzcan conflictos y odios que siempre serán aprovechados en nuestra contra. Es decir, se permite que exista esta delincuencia, se demonice a un colectivo entero y se busque dirigir los odios populistas hacia quien, en bastantes casos no es más que carne de capital, como nosotros, y de este modo se desvía la atención del verdadero culpable, el sistema.
Con medidas así nos ahorraríamos muchos problemas ya que perderíamos ese "atractivo" buenista que hace de efecto llamada para toda la "quinquillada" internacional y costes en muchos sentidos.

De todos modos, algo pinta mal cuando las proporciones e índices de delincuencia son tan abrumadores, aún a falta de datos oficiales como los de los sindicatos policiales y de funcionarios de prisión, judiciales, etc. Por eso os dejamos a continuación unos cuantos ejemplos (en los que la prensa se digna a mencionar la nacionalidad) y que, como ya hemos dicho, no son pocos:

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