Uno se pregunta cómo puede ser más inteligente y avispado que la policía ya que en cualquier parque o a las salidas de los institutos de las grandes ciudades gallegas se puede cazar A DIARIO a los putos camellos que están jodiendo a la juventud gallega.
Generalmente suelen ser extranjeros, suramericanos o de origen musulmán (marroquíes) aunque también hay hijos de puta españoles que traicionan y envenenan a su propio pueblo. Y no son pocos los que, por hacerse los guays o porque su mono ya es tan grande, que se plantan su propia droga, aunque la perspectiva más atractiva es la de del dinero “fácil” y rápido a través de la venta. Por no hablar del atractivo de hacer algo prohibido y una falsa sensación de aceptación social.
¿Y qué hacen policía y autoridades políticas mientras? Pues rascarla, excepto honrosas excepciones y es que a los de arriba les puede interesar esto por varios motivos como: sacar tajada en la venta o en sobornos por mirar hacia otro lado, o bien por tener a una juventud atontada y manipulable, al depender de droga para ser feliz. Juventud que de otro modo podría quejarse de la injusticia social o de la muerte de su pueblo y su cultura.
Por eso nos meten por los ojos en el cine, la televisión, la música, lo “guapo” que está fumarse un peta con los colegas, quedarte agilipollado en un puto sofá o en un parque y tener tu propia planta de “maria”. Oiréis que lo llaman ¡¡LIBERTAD!! ¿libertad? ¿Qué cojones va a ser libertad estar enganchado a un puto alcaloide? ¿o acaso es más libe el que fuma una cajetilla de tabaco que el que no? Pero como no podía ser de otra manera han blindado de falsos mitos y verdades a medias el tema de las drogas.
Para empezar las llaman drogas “blandas” cuando el daño cerebral que provocan es más que considerable, ya no solo reduciendo capacidades de todo tipo sino que a personas ya predispuestas a desarrollar algún tipo de enfermedad mental se la pueden provocar, acelerar e incluso empeorar y es que si a un sistema electro-químico como nuestro cerebro, le metes asiduamente dosis de ácidos y químicos muy fuertes que le interrumpan sus procesos normales e incluso los desequilibren de manera casi definitiva, no hace falta ser científico para saber que eso no es ni por asomo, bueno.
Todo lo que nos haga depender de algo, SEA LO QUE SEA, nunca puede ser bueno, y menos símbolo de libertad.
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