Día tras día, escuchamos y leemos como los sindicatos se autodefinen y los definen como los representantes de los trabajadores, cuando lo único que representan es a su bolsillo y a su estructura orgánica. Y si ello requiere la utilización de los trabajadores como moneda de cambio por unos millones de subvenciones ¿alguien duda que lo haria? O más bien diríamos, es su práctica habitual.
Un ejemplo lo tenemos en el conflicto que están teniendo los trabajadores de la planta de Caramelo en La Grela. En dicho conflicto en una asamblea de trabajadores secundado por el 48% de la plantilla se decidió rechazar las indemnizaciones propuestas por la dirección de la empresa. Si bien hay trabajadores que anunciaron coacciones en dicha asamblea y solicitan un referendo sobre el rechazo de dichas indemnizaciones, referendo apoyado por el 40% de la plantilla.
Pues bien, la CIG llevando la hipocresía al máximo exponente y poniéndose de espaldas de los trabajadores que dicen representar, ya ha anunciado el no reconocimiento de sus resultados. Cuando el Estatuto de los Trabajadores reconoce el derecho a los trabajadores de solicitar la repetición de la asamblea con el respaldo del 33% de la plantilla.
¿Están los sindicatos al margen de la ley?
Denuncia las prácticas sindicales contra los intereses de los trabajadores!!
Nadie lo va a hacer por ti!!
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